viernes, 9 de septiembre de 2011

Avión Común (Delinchon urbicum)

i se ven volando a gran altura los aviones y las golondrinas pueden confundirse, pero en una observación más detenida pronto se aprecia que el Avión ComúnDelichon urbicum tiene la cola menos ahorquillada que la Golondrina Común y, sobre todo, su obispillo o rabadilla de color blanco puro, es un rasgo inconfundible. El plumaje de las partes superiores es negro azulado y las alas y la cola marrones o negruzcas con tinte verdoso. Por debajo es blanco pero el mentón y la garganta están tenuemente teñidos de pardo claro al principio de la primavera. La cabeza negra contrasta tanto con el blanco de los carrillos que tal parece que este pájaro tuviera un capirote. La cola es más bien escotada que ahorquillada y las patas, muy cortas, están cubiertas, lo mismo que los dedos de los pies, de plumas blancas. Los sexos son indistinguibles por el plumaje. Las hembras durante la época de la cría poseen una placa incubatriz mayor y más marcada. Los aviones jóvenes sí se distinguen bien: su plumaje es parduzco y también de cerca o en la mano se aprecia que algunas plumas tienen el extremo negro azulado. Las alas y la cola son más oscuras. El obispillo blanco es tan notorio como en los adultos.
El Avión Común se parece mucho a la Golondrina Común en su comportamiento, volando con parecida agilidad, pero planeando menos en longitud y tendiendo a realizar cortos círculos o quiebros continuos, faltándole normalmente el vuelo directo. Igualmente vuela a mayor altura y por supuesto carece de la rapidez de aquélla. Se posa con frecuencia en cables del tendido eléctrico, ramas secas de árboles o desnudas de hojas. Con frecuencia en el suelo, bien para beber o a recoger material para el nido.
Camina con relativa facilidad y a menudo se ayuda elevando las alas. Al hacerlo se observan bien sus patas cubiertas de plumas. Rara vez se le ve solitario y los grupos pueden ser de dos o tres parejas hasta varios centenares, pero casi siempre en colonias pequeñas de 2-8 parejas. En vuelo de atardecer se congregan muchos que suelen unirse a las golondrinas sobre una charca, laguna o estuario. Cuando llega en migración tiene tendencia a posarse en el suelo bien para beber o para comer pequeños insectos que se concentran en charcas y balsas de agua estancada. Al comienzo de la migración otoñal se agrupan formando densas bandadas que duermen en los cables y en los tejados. Quizá es más sociable y familiar que la Golondrina. Los jóvenes duermen con los adultos en el nido, incluso a menudo cuando éstos han iniciado una segunda puesta. De este modo los grupos familiares pronto están integrados por 8-12 pájaros.
Muy ruidoso, continuamente emite al volar un áspero ¡¡chirrp!! o ¡¡chi-chirrrp!! Al acercarse un intruso al nido o manejar los pollos allí, los adultos revolotean lanzando un lastimero ¡¡siip!! Realmente su canto no se escucha muchas veces desde abril hasta septiembre. Es suave y de poco alcance, pero dulce y agradable. Lo emiten tanto en vuelo como posados y también en el nido.
Como la Golondrina, se alimenta de insectos capturados al vuelo, aunque más a menudo que aquella también los recoge en el suelo y al borde de charcas.
Vive en la campiña y en el interior de ciudades y pueblos. En ellos es local, ocupando las colonias el mismo lugar año tras año, aunque en la misma zona existan sitios similares y que a nuestros ojos parecen más idóneos. El hecho de que esta especie no aumente su densidad, sino más bien se aprecia un descenso, contribuye a que las colonias de nueva creación sean pocas. A menudo están formadas por pocas parejas, pero también existen algunas muy grandes. Los nidos suelen estar emplazados bajo aleros, galerías, terrazas, corredores, e incluso en el interior de cobertizos y almacenes.
En la montaña se establece en cuevas o entrantes en las paredes de roquedos y acantilados, a veces a considerable altitud. En la Península Ibérica se pueden ver colonias de Avión Común en la Cordillera Cantábrica, Sistema Central y Pirineos a un nivel ligeramente por encima de los 2.000 metros. En la Cordillera Cantábrica las colonias más numerosas están situadas en cortados rocosos que dominan lagos y lagunas de montaña y ríos torrenciales en los Picos de Europa. En los Pririneos prefieren también la proximidad de un valle fluvial. Con ser importante la población que podríamos llamar silvestre, mucho más lo es la que vive en las aldeas, pueblos y ciudades. Aleros de iglesias, almenas de castillos, puentes, grandes presas, embalses, etc. poseen también una apreciable población de aviones. Muy pocas son las colonias establecidas en acantilados costeros, pero existen algunas, por cierto con muy pocos pájaros, en la Costa Cantábrica y posiblemente en otros lugares de nuestra geografía.

Ambos adultos construyen un nido en forma de cuenco, pegado a una pared vertical en su parte más alta de manera que el alero sirva de cierre y dejando una estrechísima entrada, como una ranura por la que parece con frecuencia imposible que pueda entrar el pájaro. Está formado por pellas de barro que los aviones llevan en el pico recogiéndolo del suelo húmedo de caminos y orillas de charcas. Amasado con pajas o trozos de hierba seca y tallos, tiene una fuerte consistencia y puede permanecer intacto de un año para otro. El interior está forrado con plumas, hierba seca y alguna otra materia vegetal. Las puestas comienzan normalmente en los primeros días de mayo. Hay algunas en abril y son más frecuentes las que se inician desde la mitad de mayo en adelante. Lo normal son 4-5 huevos, pero 3 y 6 no son infrecuentes. Son blancos y con brillo. Ocasionalmente tienen puntos oscuros o rojizos.

Ambos sexos incuban alternándose con bastante frecuencia y muy a menudo permaneciendo la pareja junta, posándose fuera el que no incuba en ese momento, bien sujeto al barro. Normalmente los pollos nacen después de 14 días (14-15 días, Jourdain; 12-14 días Verheyen; 13-19 días Harrison), malamente cubiertos con un plumón blanco grisáceo largo. El interior de la boca es amarillo y no hay puntos oscuros en la lengua. Los padres los alimentan por regurgitación con insectos blandos y la llegada al nido es ciertamente irregular y muy influenciada por las condiciones meteorológicas. A los 19 días ya pueden salir del nido, pero muchos aún no son capaces de volar bien. Esto no sucede normalmente hasta cumplir los 25 días. Entre el nacimiento del primer pollo y el del último hay un período de 60 horas. Ello puede determinar diferencias en los desarrollos que se notan más al final. Sin embargo, los primeros 7 días la hembra es la única que ceba y supuestamente trata de igualar el desarrollo de aquéllos, ya que pocas veces se encuentran pollos muertos en el nido. Cuando el macho empieza a cebar es con frecuencia acompañado por alguno de los jóvenes de una nidada anterior que también conduce insectos y ceba a sus hermanos. Dos crías al año son normales y tres ocasionales. Estas suelen efectuarse lógicamente muy tarde y se han visto más de una vez nidos con pollos aún no volanderos en pleno mes de octubre.
Delichon urbicum vive en toda Europa excepto Islandia y el extremo Norte con densidad variable, pero no faltando prácticamente en ningún pueblo o ciudad, aunque sea en algunos ciertamente una especie escasa o muy local. Recientemente se ha intensificado la colocación de nidos artificiales y los pájaros los han aceptado bien. Muchos de los nidos construidos por el Avión Común son apropiados por el Gorrión con ventaja para éste por su mayor agresividad, lo que produce un impacto perjudicial en las poblaciones de este hirundínido. En Europa central puede llegar a superar a la Golondrina común en densidad.

Inverna en Africa Tropical occidental, pero se ve allí en número escaso y la mayoría pasan, bien hacia el Este o Sudeste en el otoño o proceden de estos puntos en los primeros días de primavera o en los últimos de invierno.

Los pasos de primavera y otoño en la Península Ibérica son muy acusados y los aviones vuelan a menudo mezclados con la Golondrina Común. Es migrante diurno, pero no hay que descartar que una buena proporción viaje de noche como puede deducirse de la aparición en las colonias al amanecer de aviones que la tarde anterior estaban ausentes. En el norte de Africa llegan los primeros a partir de la segunda decena de febrero, y el paso hacia el Norte no es intenso hasta marzo, pudiendo continuar durante mayo. En toda la Península Ibérica se notan los migrantes sobre todo a lo largo de abril. Muchos costean, pero otros, volando a gran altura, llegan hasta los Pirineos. La llegada a Tarifa y campos próximos es continua a partir de los primeros días de abril. No se ven en tan gran número como las golondrinas y se estima que pasa un Avión Común por cada 3 golondrinas. En el País Vasco son escasos en marzo,











Identificación realizada gracias a la colaboración de Hailstorm Project en Infojardin.com


Texto de :www.pajaricos.es

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