El corzo (Capreolus capreolus) es el miembro de la familia
Cervidae más pequeño de Eurasia. Su área de distribución se extiende desde
Europa occidental (donde sólo está ausente en Irlanda, Grecia y el norte de
Escandinavia) hasta el norte de China.
En estado adulto, el corzo tiene una altura en
la cruz de sólo 76
centímetros como máximo y un peso de entre 15 y 35
kilos. Los machos presentan cuernas pequeñas de tres puntas que mudan cada año
a principios del invierno y se han terminado de desarrollar ya cuando comienza
la primavera. El pelaje es pardo-rojizo en ambos sexos durante el verano,
volviéndose grisáceo en invierno, al tiempo que aparece una mancha blanca sobre
la grupa. El vientre es de color más claro que la espalda.
. Las crías, por el contrario, presentan un manto rojizo
salpicado de numerosas motas blancas para aumentar su camuflaje con el entorno.
Son característicos los gritos que emiten ambos sexos, similares a un
ladrido.El corzo es un animal tremendamente adaptativo, pudiendo vivir tanto en
bosques cerrados, como en amplias praderas.
Actualmente en España la distribución del corzo sigue en
expansión, pudiendo verlos en número elevado en provincias como Castellón y
Valladolid, donde hace pocos años no se encontraban. Su dieta, basada en el
consumo de hojas de arbustos y árboles bajos, así como bayas y brotes tiernos.
Sus hábitos son crepusculares, viéndosele rara vez durante el día, que suele
pasar escondido entre la espesa vegetación.
Las hembras viven con una o dos crías que hayan tenido ese
año. Es normal que éstas pasen escondidas la mayor parte del tiempo y la hembra
sólo se acerque para amamantarlas, aunque siempre se mantenga vigilante en las
inmediaciones. No es raro que algunas personas, al descubrir una cría en la
espesura, la crean abandonada y se la lleven. Éste es probablemente el mayor
peligro que acecha al corzo, pues rara vez se adapta a la domesticación y muere
a los pocos días.
Por su parte, los machos pueden ser solitarios
o vivir con una hembra y sus crías. En la época de celo (inicios del verano) se
vuelven fuertemente territoriales y tratan de mantener a los otros machos lejos
de su área de influencia en todo momento, al tiempo que tratan de atraer a las
hembras para aparearse con ellas. Lejos de lo que pueda parecer, la agresividad
del corzo frente a otros machos en el periodo de celo es brutal, pudiendo
llegar a dar muerte a su rival.
Los corzos presentan una cornamenta de 3 puntas por cuerno,
como formación normal, pero pueden darse casos de cuernos con más puntas o tan
solo con cuernos rectos, estos últimos son muy peligrosos para el resto de
corzos. El corzo es uno de los pocos ungulados con implantación diferida, por
lo que ésta no se da casi nunca en el momento del apareamiento, sino a veces
incluso meses después. De todos modos, lo normal es que el alumbramiento de las
crías (una sola en las madres primerizas, dos en los partos siguientes) se
produzca en el mes de mayo.
En: http://es.wikipedia.org/wiki/Capreolus_capreolus
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