Un muy sencillo recorrido que apenas nos dará dificultad y
que nos llevará a visitar el poblado celtíbero de “La Oruña ”, en Vera de Moncayo.
“Situado en una loma, enclave típico de los poblado celtíberos
cerca de un cauce fluvial, en este caso el río Huecha, se encuentran los restos
de dicho poblado, descubierto por los jesuitas del monasterio ya a finales del
siglo XIX. Fueron ellos los que realizaron las primeras tareas arqueológicas,
aunque muy lejos de la metodología actual.Los restos estuvieron custodiados en
el Monasterio y después se trasladaron al Centro de Estudios Turiasonenses. En
1984 se hizo un estudio y catalogación de esos materiales ( de lo que había) y
la mayoría de ellos siguen allí.
El análisis del yacimiento y sus restos dejan claro que ya está habitado en el siglo IV a. C. y que su abandono se produce de un modo paulatino a partir de inicios del siglo I d. C. y es un poblado claramente celtíbero. La aparición de muchas monedas de plata (de hecho aquí está la ceca de monedas de plata más productiva del mundo celtíbero, por ahora), la dimensión del yacimiento, las murallas, la existencia de al menos tres instalaciones alfareras, hacen pensar que es un yacimiento importante. En este sentido, los estudiosos todavía no han identificado el poblado con ninguna población celtíbera conocida: algunos sostienen que sería el primitivo asentamiento de
En el yacimiento, del que se ha excavado apenas el 5 o el 10%, puede verse restos de la muralla, restos de los muros de las casas de dos manzanas (insulae en terminología romana) y, sobre todo, los restos de tres instalaciones alfareras.
Uno de los mayores atractivos del yacimiento es la localización del que muy probablemente es el mayor horno de alfarería conservado en
Salimos de la urbanización cruzando Alcalá de Moncayo. Al salir de
Alcalá deberemos caminar durante unos 200 metros por la
carretera hasta casi llegar a la curva que hace la misma para llegar a la
rotonda que nos lleva a Añón,
Allí, tomaremos un camino rural que se situa en la margen derecha
de la carretera y que, paralelo a la misma, nos llevará hasta un pequeño túnel
que cruzaremos llegando a la otra orilla de la carretera, por donde ya no
dejaremos el camino hasta llegar, tras pasar campos de cultivo y visitar la
ermita de “La Aparecida ”
a unos campos repletos de vides.
El final de este camino está marcado por la aparición del asfalto
una vez más. A la derecha la carretera nos llevará al monasterio de Veruela, y,
a la izquierda (dirección que tomaremos) llegaremos a los pocos metros al
aparcamiento del restaurante “Molino de Berola”.
Una vez allí y tras pasar unos pequeños chalets veremos la
indicación que nos lleva al poblado celtíbero.(Una suave ascensión durante un
kilómetro aproximadamente).
El trayecto de ida y vuelta supone realizar unos 11,5 kilómetros muy
cómodos. El único tramo algo duro es, en el camino de regreso, el ascenso a
Alcalá de Moncayo, que con calor pude resultar un inconveniente a tener en
cuenta.
Los párrafos señalados entre comillas sacados de: aragónromano.blogspot.com.es
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