Es una chinche bastante común en
toda la zona mediterránea occidental de Europa y África, sobre gran variedad de
plantas, entre las que destacan los cardos (familia Asteraceae) y diversas
umbelíferas (familia Umbelliferae), como el hinojo (Foeniculum vulgare).
Precisamente por esa debilidad que sienten por
los jugos de las plantas, algunos chinches, no todos, constituyen auténticas
plagas para la agricultura. No obstante, otros se alimentan de otros
insectos, cumpliendo una función beneficiosa para el hombre.
Algunos pentatomidae, en cuya familia se
integran más de cinco mil especies, segregan un olor repugnante cuando se
sienten agredidos.
Miden más de un centímetro de longitud.
Presentan una coloración amarilla anaranjada o rojiza, con cuatro bandas
oscuras divergentes que parten de la cabeza y continúan por el pronoto. Los
extremos de éste están muy apuntados y manchados de negro. Las alas son más
estrechas que el abdomen, por lo que se ve su borde, que aparece con bandas de
color negro. Las antenas son negras y las patas rojizas.
Se alimentan succionando los jugos de las
plantas, gracias a su largo aparato bucal, que mantienen pegado a la parte
inferior del cuerpo cuando no lo están usando.
Para asegurarse la correcta visión de un
potencial enemigo, cuando percibe su presencia suele situarse en posición
perpendicular al suelo, mostrándole siempre el abdomen al indeseado visitante.
El carpocoris mediterraneus es
un insecto muy hermoso, de brillantes colores anaranjados manchados con
pequeñas pinceladas negras.
En: herramientas.educa.madrid.org y en
perdidoenelamazonas.blogspot.com.es
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