La ruta que hoy os presentamos es muy fácil de recorrer ya
que no existe ningún desnivel de consideración. Se trata de un paseo que nos ha
sorprendido gratamente, ya que lo iniciamos con un poco de miedo pensando que,
al transcurrir entre campos de labranza y huertas, podría resultar un poco
aburrido.
Pero nada más lejos de eso, ya que en todo momento podremos disfrutar de unos rincones que valen la pena, además de poder
disfrutar de una amplia variedad ornitológica y de poder refrescarnos cada poco
tiempo ya que el agua es un elemento muy presente durante este recorrido.
Hemos tardado una hora y media en cubrir los 7,5 km aprox. de que consta,
y a pesar del calor no hemos sentido la fatiga en ningún momento.
Pese a no estar señalizado
sería difícil perderse ya que la vía principal se distingue muy bien de los
diversos ramales que nos irán apareciendo.
Iniciamos el recorrido en la parte alta de Alcalá, en la
báscula, en donde continuaremos el camino que sale del pueblo hasta llegar, a
los pocos metros, a una bifurcación. Tomaremos el ramal izquierdo, en donde se
encuentra una acequia que nos acompañará hasta el antiguo molino (hoy
restaurado y utilizado como vivienda particular). Pocos metros más adelante
llegaremos a otra bifurcación, ésta de tres ramales. La de la izquierda cruza
la acequia y la de la derecha inicia una pendiente que asciende hacia un
pequeño bosque de monte bajo, en principio, y que es fácil que nos lleve a
Ambel; aunque nosotros tomaremos el ramal central.
A nuestra izquierda podremos observar varias huertas y al
acabar éstas, iniciaremos una suave ascensión que nos llevará a una gran
llanura ocupada casi en su totalidad por campos de cultivo. A nuestras espaldas
podremos observar las hermosas siluetas de las Peñas de Herrera y del Moncayo.
Llegaremos a una zona arbolada, en donde veremos un refugio
de cazadores, que nos regalará con buena sombra y un alegre concierto de trinos
de aves de diversas especies.
El pinar será nuestro compañero una vez dejada esta zona de
campos de cultivo y, al poco nos asombraremos al llegar a un verdadero oasis,
el Caiderón, en donde el agua brota espectacular y en donde, a la sombra de los árboles que lo
acompañan, podemos relajarnos y
disfrutar de la paz que emana de este pequeño paraíso.
Nos despedimos un poco a regañadientes de este maravilloso
lugar y continuamos por el ramal izquierdo de los dos que se nos presentan a
continuación. Es muy probable que el derecho nos lleve también a Ambel,
ascendiendo la colina;pero, a pesar de que nos llama más la atención ya que se
adentra en los pinares, preferimos optar por el primero ya que se adivina más
seguro.
Llegaremos al poco a una balsa, la cual circunvalaremos por
su lado izquierdo y llegaremos a la entrada de un precioso barranco jalonado
por varios imponentes cipreses.
Una vez pasados éstos, podremos observar en la lejanía los
primeros tejados de Ambel; y a los pocos metros comenzaremos a ver las primeras
huertas.
El camino, un poco más adelante, pasará a estar asfaltado y
nos llevará a las antiguas bodegas que marcan la entrada de Ambel, que nosotros
hacemos por la calle del Arrabal.
Y ahora a descansar un rato y recorrer las calles de este
bonito enclave que nos muestra, entre otras , varias casas-palacio de rancio origen.
Ahora toca volver a Alcalá, cosa que nosotros hacemos
recorriendo el camino en sentido contario, lo cual sumará otros 7,5 km a los ya iniciales.
Realmente interesante y muy agradable esta excursión que os
animamos a hacer.
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