Probablemente de todos nuestros patos los más conocidos son el macho de esta especie, con su cabeza verde, y su pareja, pardo oscura, sin duda por ser los más abundantes en lagunas, embalses y ríos.
Su cortejo nupcial comienza en otoño. Varios patos persiguen volando a una pata, lo cual ya es una parte importante en la elección de pareja. Tras esto los machos nadan alrededor de la hembra a veces con los cuellos estirados horizontalmente sobre el agua. Avanzada la época de cría, grupos de machos persiguen otra vez a las hembras e intentan aparearse con ellas por la fuerza, sin seguir la rutina de cortejo antes mencionada.
Esto ocurre especialmente en áreas en las que los nidos están demasiado juntos. A primeros de año las parejas marchan a sus lugares de nidificación, cerca de extensiones de agua o ensenadas marinas. Normalmente anidan en el suelo, pero a veces lo hacen en árboles huecos o en nidos abandonados de otras aves. La pata lanza un fuerte graznido como el de una pata doméstica; el macho tiene una llamada más suave y aguda.
Identificación:
El macho tiene la cabeza verde lustrosa, collar blanco y pecho castaño; la hembra es parda; ambos tienen espejuelo morado; en plumaje de eclipse (junio-septiembre) el macho es casi idéntico a la hembra, pero ligeramente más oscuro; híbridos con patos domésticos son a menudo negros y blancos.
Nidificación:
Nido construido bien escondido, generalmente en el suelo, de hojas y hierbas, forrado con plumón; puesta, febrero-mayo, usualmente de 7 a 16 huevos verde-grisáceo pálido u ocráceo-oliva; incubación, alrededor de 28 días, sólo por la hembra, dejan el nido al nacer, volando tras 6 semanas y media.
Alimentación: Semilla principalmente, brotes y vástagos de plantas acuáticas; algún alimento animal.
Hábitat: Aguas continentales.
En: www.pajaricos.es
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