Las palomas mensajeras, las domésticas y las que pululan por las ciudades descienden todas de la Paloma Bravía. En los tiempos de carencia de carne comestible se capturaba y comía en algunas zonas. Más tarde se les proporcionaron palomares para su reproducción controlada. Cuando las aves en domesticidad escaparon, se cruzaron con aves silvestres y ahora los híbridos han reemplazado a las Palomas Bravías puras en muchas de sus antiguas zonas de cría. La mayoría de las aves que se observan en acantilados, por mucha que sea su semejanza con la Paloma Bravía, son en realidad descendientes de palomas domésticas que volvieron a la libertad.
Aunque es difícil diferenciar las Palomas Bravías puras de las palomas domésticas asilvestradas, puede decirse que las primeras anidan repartidas por toda la Península.
El arrullo de la Paloma Bravía es como el de la paloma doméstica. Su cortejo nupcial también es el mismo, aunque el ave es difícil de observar en tiempo de cría, ya que anida generalmente en colonias en el interior de oscuras cuevas marinas, resbaladizas por la espuma, o en profundas grietas, en los acantilados. En vuelo el ave asciende un corto trecho y luego desciende planeando.
Identificación: Dos franjas alares negras, mancha iridiscente verde y púrpura en el cuello; ojos rojizos; obispillo blanco; sexos iguales.
Nidificación: Anida en colonias; construye descuidado nido de ramitas, raíces, tallos o algas en agujero de acantilado o en cueva del borde; pone a lo largo de todo el año, pero principalmente en primavera y verano; usualmente 2 huevos blancos; incubación, 18 días, por ambos padres; los pollos, alimentados por ambos padres, vuelan unos 18 días después; dos crías, a menudo tres.
Alimentación: En su mayoría, semillas y grano; moluscos y algas.
Hábitat: Islotes rocosos y acantilados marinos.
En: http://www.pajaricos.es/
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